2.11.10

La lectora entre piedras





La lectora volvió del NOA y compartió algunas fotos del viaje con amigos. A una de esas fotos, Diego Ariel Vega respondió con este texto (hay que aclarar que todavía no había sido publicado este post). Una misma imagen puede generar diferentes textos, de la misma forma que, al revés, un mismo texto diferentes imágenes (eso ya lo comprobamos en la convocatoria). 
La lectora entre piedras
Abstraída se encuentra la lectora, profundamente concentrada en un pequeño cuaderno cuyas páginas a primera vista parecen desnudas, blancas, vacías. Pero no se dejen  engañar por el efecto visual, porque la lectora ya no necesita del texto impreso frente a sus retinas a estas/esas alturas, donde el efecto se potencia.

Ahí bien al norte, lejos de la ciudad, sumergida en los paisajes majestuosos de esa quebrada mágica, tan especial, donde resuenan los nombres de Tilcara, Purmamarca y Humahuaca…ahí, entre enormes piedras milenarias recrea historias ya vividas. Así,  escribe con su propia mirada, ojos bien cerrados (no los necesita) mientras en forma simultánea va leyendo y construyendo su propio relato.
Entonces, se deja llevar y se pierde. Se traslada a otros mundos, a otros lugares, a otros universos, y en un instante levanta la vista y esas rocas se amontonan, crecen, mutan y conforman ahora un círculo especial. Ahí está ahora en Stonehenge; y después en el Reino de Sukhothai. Ahora enfrenta a los ídolos de la Isla de Pascua, y ahora está sentada en un pequeño asteroide, el B 612. Ahora está en Tiwanaku, frente a las pirámides de Gizah, en la Acrópolis de Atenas. Siente algo de frío en el desolado Mar de la Serenidad. Alza la vista en la impactante Machu Picchu y  se  deslumbra en Petra y en el templo de Borodudur. Sobrevuela el planeta Geonosis, Chichén Itzá y las ruinas de Angor Kwat, se esconde en las cuevas de Ellora…
Sus párpados cerrados, ahora vuelven a abrirse. Alto en el cielo, un cóndor andino se eleva y la mira con curiosidad. Su sombra la rodea. La lectora inspira el aire más puro posible de la Tierra y otra vez, cierra los ojos para continuar con su lectura.


También en Divagante divergente.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Una imagen vale más que mil palabras. O, en su otra versión: Una imagen despierta más de mil palabras.

Saludos.

J.

Diego Ariel Vega dijo...

¡Qué honor ser publicado en la lectora! Me alegro que te haya gustado el texto

Saludos y estuvo muy buena la publicación simultanéa...

La lectora dijo...

José: nos quedamos meditando sobre este comentario tuyo y casi llegamos a la conclusión de que, entonces, el blog debería ser de imágenes, jaja. ¡Saludos!

Diego: que esta sea la primera de varias publicaciones simultáneas ;)