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23.1.18

El puente

El puente es el cuento que escribí para mi hija este año y que edité, con mi sello casero Ediciones de la lectorcita, en forma de plaqueta para su cumple de seis.
Las dos ilustraciones son de la artista plástica venezolana Flora Francola, de quien soy fan.



Ediciones anteriores:

Para el nacimiento, fue la vida intrauterina (En un mar sin olas).
Para sus dos años, fueron los perros (Babaus).
Para sus tres, dibujar y dibujar (Hojas amarillas).
Para los cuatro, el mar (Coplas del mar).
Para los cinco, despertarse temprano para ir al jardín (Amanecer con torre).

Y ahora, para los seis años, El puente, un cuento donde aparecen sus amigos del jardín y un obstáculo: ¿cómo llegar hasta la hamaca si el arenero está inundado? 


14.3.17

Amanecer con torre

Cada año, mi sello casero Ediciones de la lectorcita produce una plaqueta para el cumpleaños de mi hija Sofi, con un poema o un cuento escrito por mí e inspirado en algún tema que haya tenido relevancia en su vida durante el año anterior.

Acá están todas juntas:



Para el nacimiento, fue la vida intrauterina (En un mar sin olas).
Para sus dos años, fueron los perros (Babaus).
Para sus tres, dibujar y dibujar (Hojas amarillas).
Para los cuatro, el mar (Coplas del mar).
Y ahora, con cinco años, despertarse temprano para ir al jardín (Amanecer con torre).

Esta vez, las ilustraciones y diagramación (y la idea genial de abrir una ventanita por la que se asomara Sofi) fueron del artista Nicolás Monasterio



Y acá, el poema:

Amanecer con torre

Un ratito antes
de que salga el sol,
mamá me despierta:
–¡Arriba, mi amor!

Prepara un licuado
que tomo en la cama,
por más que es de noche
abre las ventanas

y vemos la torre
alta y elegante,
lleva de sombrero
un reloj brillante.

Si les soy sincera:
volvería a acostarme,
a remolonear
aunque se haga tarde.

Lo intenté mil veces:
me meto en la cama
pero mamá viene,
me saca el piyama,

me viste y me dice:
–¿Oís las campanas?
¡Es verdad, ya suenan!
Salto de la cama.

Me lavo los dientes,
me voy a peinar.
¿Y dónde está el peine?
¡Todos a buscar!

Por detrás del río
un punto de fuego
de pronto aparece
e ilumina el cielo

y desde la puerta
me llama papá:
–¡Vamos a la escuela,
saludá a mamá!

¿Por qué tanto apuro?
No llego a entender.
¡Vengan a mirar
el amanecer!






16.2.16

Coplas del mar - Ediciones de la lectorcita

Como todos los años, Ediciones de la lectorcita hizo una plaqueta especial por el cumple de la pequeña lectora. Este año el tema es el mar, y la ilustración estuvo a cargo de Mariana Wasiljew. La edición es numerada, quienes quieran una plaqueta (de regalo) sólo tienen que avisar. Hasta agotar stock. 

Ilustración de Mariana Wasiljew

Coplas del mar

Hundo los pies en la arena,
salto las olas que vienen,
cuando se van las saludo
aunque en un rato ya vuelven.

En mi balde voy juntando
todo tipo de tesoros:
caracoles y cangrejos
mucho más lindos que el oro.

Corro en la arena mojada
y voy dejando mi huella,
tanto el cielo como el mar
tienen sus propias estrellas.

Allá lejos pasa un barco
tal vez se acerque a la orilla.
¿Que estará haciendo tan solo?
Lo saludan las sombrillas.

Dicen que verde es el campo
dicen que azul es el mar,
yo veo multicolor 
no me canso de mirar.

...

Plaquetas anteriores (siempre inspiradas en algún tema que prevaleció ese año):

Hojas de otoño  - ilustrada por Jimena Horvath.
En un mar sin olas - ilustrada por Marina Kater, diseñada por Sabina Katz.

...

Gracias a Lau Gambale y su Comunidad del trueque por el apoyo en esta producción :-)


14.7.15

Babaus en inglés

Vanessa Alanis narrando Babaus en inglés,
en Storytelling (Instituto Cambridge)
Babaus

(Click aquí para leer el original en español).

Cuento: Anahí Flores
Traducción: Amy Thorne y Vanessa Alanis

Early in the morning, dogs bark on the sidewalk. Sofi can listen to them from her crib. Her voice husky with sleep, she whispers, “babau”. Mom wakes up and rocks Sofi in her arms. Sometimes they both go back to sleep.

By eight o’clock, Sofi says “babau” with determination and Mom knows that now, Sofi is fully awake. Then Mom dresses her, puts her in her stroller, and they go through the neighborhood in search of the dogs.

At lunchtime, Sofi says “babau” and Mom cooks puree. Sofi eats with joy; she likes to watch the two puppies at the bottom of her plate slowly appearing when the food goes away.

In the afternoon, Sofi says “babau” and Mom puts her in the stroller again so they can go for a ride. On the walk, Sofi falls asleep and dreams of puppies.

After her nap, Sofi says “babau” and Mom takes out  “The Babau Book.” It has lots of pages and pictures and they read it many times. With each page Sofi says “babau, babau.”

At sunset, Sofi says “babau” and Mom fills the bathtub. There are no puppies in the bathroom so Sofi prefers to take her bath quickly.

While putting on her pjs, Sofi yawns “babaaaaaauuuu.” Her voice comes out slowly, as she is very tired. 

The windows are open, and Sofi can go to sleep while the dogs from the street sing a doggy lullaby.

...



Próxima lectura: este jueves 16 de julio, a las 16 hs, en Tucumán 1483.

27.1.15

Hojas amarillas - Ediciones de la lectorcita

Ediciones de la lectorcita es un sello editorial casero que publica una plaqueta al año. Tres años, tres plaquetas. Pueden ver las anteriores (En un mar sin olas y Babaus), acá. Los tres años de Sofi nos encuentran a puro dibujos. Por eso, el cuento de este año es Hojas amarillas. La plaqueta trae la ilustración de Jimena Horvath y tiene una edición de cien ejemplares (numerados) que serán repartidos entre los amigos que quieran leer el cuento, hasta agotar stock. (Igual, el cuento está aquí abajo, completo).



Hojas amarillas
(Ediciones de la lectorcita, 2015)

En los días de otoño, Sofi sale al jardín con sus crayones. Primero, junta muchas hojas secas en la canasta. Las ordena por tamaño y las dibuja una por una como si fueran las hojas amarillas de un cuaderno. Después, las desparrama por el jardín, que más que jardín termina pareciendo un bosque lleno de animales. Dibujar animales es su especialidad.
Al pie de un árbol, deja una jirafa azul con lunares anaranjados.
Junto a un caminito de piedras, un gato rosa con sombrero.
Posada sobre las piedras del caminito, una mariposa fucsia.
Un pingüino verde mira la pileta desde una reposera, mientras Sofi arroja al agua un puñado de patos multicolores. Los patos forman una fila larga, larga como un arcoiris.
Al perro violeta le gusta correr. Sofi tira lejos la pelota y luego lanza el perro al aire para que el viento lo lleve a buscarla.
A la hora del almuerzo, todas las hojas ya tienen sus animales.
Un mediodía, mientras Sofi y su abuela tomaban una sopa de zapallo y choclo al curry, se largó a llover. Los animales, con el agua, se borraron de las hojas. Las hojas mojadas, a su vez, se deshicieron. La tierra bebió el agua de lluvia con más ganas que otras veces: venía endulzada con muchos colores. 
A la tardecita la lluvia paró y Sofi y su abuela salieron al jardín. A pesar de ser otoño, los rosales habían florecido durante esa tormenta y estaban cargados de rosas pequeñas. En cada flor había pétalos de varios colores. 
Sofi se acercó a olerlas. De los pétalos recién nacidos salía un intenso perfume a crayones.

9.9.14

Poemas a medida: Un regalo singular (en Aquateca)

Aquateca, la biblioteca de AquaVioleta, es el espacio de Maumy González. Hace unos días Mau vino a casa y tuvimos una charla muy agradable mientras Sofi dormía la siesta. De aquella tarde nació esta nota, por la que le estoy inmensamente agradecida. 


Anahí Flores y su hija, Sofi

En la época en la que escribir era un privilegio reservado para unos pocos, se acostumbraba contratar a poetas, o artistas de la palabra, que escribían para otros. Por ejemplo, los enamorados pagaban por poemas, o cartas de amor, para sus amantes. Una costumbre que, quizás, haya perdido vigencia con el tiempo.
Hago el preámbulo por una razón y ahora voy al punto: los poemas a medida, como titulé la entrada. ¿Qué es eso? Muy fácil, si quieren un regalo especial para esa persona a la que adoran (un hijo, una novia, un amante, un esposo, una madre, un amigo entrañable, la tía Marta a quien le fascinan las cosas fuera de época, etcétera) un poema puede ser una encantadora solución. Es original, será escrito pensando en la persona en cuestión y además no pierde vigencia. Es único.

La idea no se me ocurrió a mí sino a la escritora y poeta Anahí Flores, quien empezó con el proyecto como "poemas personalizados para el día del niño", un regalo súper especial que sería para siempre del chico que lo recibiera. Hace unos días me junté con ella y estuvimos charlando al respecto. Acá les cuento un poco de qué va el emprendimiento.

La casa de Anahí, donde me acerqué a entrevistarla, es un lugar cálido y acogedor. Tiene una luz increíble. Apenas entras te sientes bienvenido. Lo primero es sacarse los zapatos, porque Anahí tiene una nena pequeña, Sofi, que anda descalza, o casi, porque en realidad andan (las dos) en medias, y el chiste es que el piso de madera esté limpio de los asuntos rastreros que traigamos de la calle. Me pareció divertido sentirme japonesa por un rato y me saqué las botas. Lo segundo interesante es que Anahí preparó, especialmente para la ocasión, una infusión deliciosa de canela y jengibre. También había confituras de papaya, o lechoza (como la llamo yo), y unas ricas castañas de las que no recuerdo el nombre. Preferí las castañas. Sofi prefirió las confituras. Entre té y cositas ricas charlamos con Anahí, mientras Sofi nos daba vueltas.

Aunque el emprendimiento de Poemas a medida, según me contó Anahí, comenzó como una propuesta de poemas personalizados para el día del niño, no se limita sólo a eso. Ella está interesada en que la llegada de los poemas se amplíe. Por eso, en una segunda etapa, ha lanzado la propuesta para el día de la madre. Sin embargo, tampoco se limita a efemérides particulares, también se puede pedir un poema a medida para sorprender a una amiga, o como un regalo de aniversario de bodas. Todo es posible con estos poemas que serán escritos especialmente para esa persona.

Mientras charlábamos sobre la primera etapa del proyecto, en donde le habían pedido poemas especiales para los más chiquitos, Anahí (entre risas) me dijo que lo más extraño era que ninguna mamá le pidió un poema para su hijo. En esos casos, los pidieron las abuelas o las tías, por ejemplo. Tal vez porque las mamás estamos pendientes de cosas más prácticas, agregó, como la alimentación o si el nene tiene suficiente abrigo. Tal vez sea eso, o tal vez no, quién sabe. Lo divertido, e interesante, del asunto es cómo Anahí crea los poemas para cada uno de sus clientes. La idea es que quien solicite el poema también le cuente quién y cómo es el destinatario. Su nombre, edad, si tiene un hobbie, gusto personal, o un muñeco preferido (en caso de los nenes), qué deporte practica, si es que practica alguno, o cualquier detalle característico, y en lo posible una foto, para familiarizarse con el sujeto en cuestión. Encontrarán un ejemplo de poema personalizado en esta entrada de su blog La Lectora en la ciudad.

Primeros poemas [Vía]
Pero la cosa no termina ahí. No es que el poema te lo mandan como un adjunto al correo electrónico y listo. No, por el contrario, ese también es un detalle cuidado. Aunque no va ilustrado porque implicaría otra logística y mucho más tiempo, la forma de entrega también es especial. Además de enviarlo en digital, Anahí también lo entrega en papel, en una linda tarjeta. Es decir, el Poema a medida es un regalo singular en todo sentido. 

Esa tarde de charla con Anahí también conocí a Carioca, el gatito amigurumi de Sofi y lamenté no haberles sacado una foto. Pero sí me traje una hermosa imagen mental del felino y la pequeña, que también hace de lectora mínima de los poemas a medida para chicos que escribe su mamá. ¿Qué mejor control de calidad? 

Invito a todos los que tengan ganas de ganarse unos puntos con un regalo fuera de serie, en algún sentido incorpóreo pero al mismo tiempo inolvidable, a que contacten a Anahí Flores para encargarle un poema. Eso sí, háganlo con tiempo porque no son escritos en serie, sino a medida, y como todo trabajo de este tipo requiere dedicación.

6.5.14

La siesta de la pequeña lectora




Algunos, cuando leen, dejan manchas de café en las páginas. Otros, una flor marchita, una mariposa disecada. Granos de arena, polvo de yerba mate. Agua de lluvia. La lectora deja lo que tiene más a mano: la pequeña lectora pasará un tiempo acunada por el libro. Suponemos que cuando la lectora termine de leer, la pequeña lectora saldrá también de entre las páginas, como quien se despierta de una siesta larga, larguísima.

29.4.14

La lectora y el banco




La lectora se sienta en el banco nuevo con un libro viejo. No le gusta llamar “viejo” a un libro que fue de su niñez, pero las hojas están amarillentas y sueltas, los bordes, alguna vez filosos como todo papel recién cortado, ahora son suaves y se deshacen. Unas pelusitas de libro le quedan en la mano. Mientras las mira y piensa si en esas pelusas se habrá ido alguna letra indispensable, tiene la impresión de que el banco se agranda ¿o es ella que se achica? Y no sólo eso: está ante la primera página y no entiende ni una palabra. Pero lo toma con naturalidad, como si aún no hubiera aprendido a leer. No sabe si esto es obra del banco (nuevo) o del libro (viejo); prefiere no perder tiempo en averiguaciones. Mejor aprovechar sus repentinas manos torpes y su indiferencia hacia las letras y meterse en estos cuentos con la mirada de años atrás.


Gracias a Koiko por el banquito 
y a Lau Gambale por su espacio de trueque :-)

15.4.14

25.3.14

11.2.14

Ediciones de la lectorcita

Cuando Sofi nació, preparamos una pequeñísima publicación con el cuento "En un mar sin olas" (escrito durante el embarazo). En esa oportunidad, el diseño lo hizo Sabina Katz y las ilustraciones Marina Kater, desde São Paulo.

Ahora, para los dos años, la ilustración de "Babaus" la hiciero las chicas de La fábrica de lápices (desde España). Y para darle un marco a estas plaquetas, que todo indica que serán anuales, nació la personalísima Ediciones de la lectorcita.




A "Babaus" tal vez ya lo habían leído, si pasaron en noviembre por acá.
(Debo agradecer a El hombre sapo, porque fue él quien se encargó de conseguir a las ilustradoras para este cuento).

Así que quien se encuentre con la lectora en estos días, recuerde pedirle uno de los setenta y cinco Babaus que imprimimos, aunque ya quedan poquitos.








24.12.13

La lectora y los resultados del sorteo de cumpleaños

Hace un par de semanas que estamos con estos preciosos ejemplares dando vueltas por la casa. No nos atrevemos a tocarlos para no encariñarnos. Pero lo cierto es que quieren ser leídos ¿quiénes se los llevarán...?


Hoy es el día del sorteo. Pero antes, había uno de todos esos libros que todavía no habíamos leído y prometimos nuestros comentarios para hoy. 
Es el libro de Juan Manuel Porta. Acá va:


Me leí de un tirón los cuatro cuentos que conforman Los apartados, de Juan Manuel Porta (Editorial Conejos, 2012) y quedé en una atmósfera de desgano y apatía. Con la sensación de que el futuro no importa, o no existe. En todos los cuentos hay mal olor (maderas podridas, heridas que sangran, viejos que no se bañan, prostitutas con costumbres nada higiénicas). El autor tiene la habilidad de narrar escenas desagradables y/o violentas sin mosquearse ni caer en la tentación de opinar, lo cual le agradezco como lectora.

Éste es el primer libro de Juan Manuel Porta y obtuvo el tercer premio del Fondo Nacional de las Artes, edición 2010.

...

Y ahora sí... ¡al sorteo! 
Primer paso: anotar todos los nombres en dos hojas.


Segundo paso: cortar los papelitos y ponerlos en una canasta.


 Tercer paso: sacar catorce papelitos.


Y el primero es ¡Emma S!


Acá está la lista de los ganadores (no tenemos foto de cada papelito como en el caso del de Emma S, algunos cayeron a la pileta, otros quedaron desparramados por el pasto...):

Emma S
Sebastián Robles
Darío Kullock
Amalit
Eleonora Eberle
MC
Lourdes
Nicolás Monasterio
Miriam Tessore
Betina Z
Ceci Koiko
Malvona
Pao Bianchi
Natalia Bocassi

¡Felicitaciones! Y gracias a todos los que se tomaron el tiempo de dejar un mensaje, y a los autores y editoriales que donaron sus libros, plaquetas y revistas para celebrar el cumpleaños del blog.
A los ganadores: vamos a tratar de que pasen a buscar sus premios durante los próximos dos meses, más o menos, así los libros -que están ansiosos por que alguien los abra y los lea- no se quedan melancólicos todo el verano, guardados en el baúl de la lectora.

Los cuatro ejemplares de La Balandra son para: Emma SSebastián RoblesDarío KullockAmalit.
Un detalle trivial, de María José Eyras (Alción Editora), para Eleonora Eberle.
Unos días en el Brasil, de Adolfo Bioy Casares (Editorial La Compañía), para MC.
Yo quería ser astronauta, de Bruno Szister (Editorial Conejos), para Lourdes.
La hija de Marx, de Clara Obligado (Editorial Galerna), para Betina Z.
Mi tercer marido, de Gabi Luzzi (Paisanita Editora), para Ceci Koiko.
La vida real, de José María Brindisi (Paisanita Editora), para Malvona.
Mankato es un lugar terriblemente solitario, de Ariel Bermani (Paisanita Editora), para Pao Bianchi.
La plaza, de Anahí Flores (Paisanita Editora), para Natalia Bocassi.

Y ya que estamos... ¡felices fiestas!
Un beso de
La lectora
(en el día de navidad).








17.12.13

La lectora se lanza



¿Cuántas palabras se llegan a leer entre el peldaño más alto de la escalera y el aterrizaje en el arenero? Las comas y los puntos traban la bajada. Leer en un tobogán da al texto un tono íntimo, casi de suspiro. La puntuación desaparece y las oraciones se exhalan de un tirón.

La lectora, que recién arranca con esta novela, se da cuenta de que deberá quedarse en la plaza hasta terminarla, a riesgo de marearse por tanto tobogán. (Una novela que se empieza en movimiento no admite que el lector se siente en un banco. Las palabras podrían estancarse.)

19.11.13

Babaus

Hace unos meses nos llamaron del blog Instan-tes para pedirnos una historia.

Entonces les mandamos Babaus, que es un cuento corto e inspirado en Sofi y su pasión por los perros.
La ilustración la hicieron las chicas de La Fábrica de Lápices.
Pueden pasar por Instan-tes (y de paso ver otros cuentos de otros autores e ilustradores), y también pueden leer el cuento aquí mismo.


Babaus


cuento: Anahí Flores


Cuando amanece, los perros aúllan en la vereda. Sofi los escucha desde la cuna. Con voz ronca por el sueño, dice “¡babau!”. Mamá se levanta y la acuna en sus brazos. A veces, las dos vuelven a dormir.

Hacia las ocho, con más fuerza, Sofi dice “¡babau!” y mamá sabe que ahora sí se despertó. Entonces la viste, la sube al cochecito y las dos se van a buscar babaus por el barrio.
Al mediodía, Sofi dice “¡babau!” y mamá prepara puré. Sofi come contenta, le gusta mirar los dos perritos pintados en el fondo del plato que van apareciendo por detrás del puré.
A la tarde, Sofi dice “¡babau!” y mamá la sube al cochecito para ir a dar una vuelta. Pero en el camino Sofi se duerme y sueña con babaus.
Después de la siesta, Sofi dice “¡babau!” y mamá trae “El Libro de los Babaus”. Tiene muchas hojas con fotos y lo miran varias veces. Sofi comenta todas las fotos: “¡babau, babau!”
A la tardecita, Sofi dice “¡babau!” y mamá llena la bañadera. No hay babaus en el baño, por eso Sofi prefiere bañarse rápido.
Mientras mamá le pone el piyama, Sofi dice “¡baaaaaabaaaaaauuuu!”. La voz le sale lenta de tan cansada que está. Por la ventana abierta, entran los ladridos de los babaus cantándole a Sofi un arrorró perruno.



5.11.13

15.10.13

La lectora se pasea por el twitter de Galerna y por el diario de Ricardo Bada

La lectora se pasea por el twitter de Galerna:



...

De vez en cuando, nos colamos en el diario de Ricardo Bada, escrito desde Colonia (Alemania). Aparecer en el diario de alguien que está tan lejos ¿es, un poco, como haber estado allá? Esta semana, fue así (aquí van los recortes de los dos fragmentos):












1.10.13

La lectora y las elecciones I


Elige un libro que ya conoce y se van a la plaza. La lectora piensa ¿cambiaría en algo su mañana si, en vez de releer esa novela, se metiera en un libro de cuentos, o en un poemario, o en otra novela? ¿Empujaría la hamaca con más o menos fuerza, por ejemplo? Es probable que algo en la luz o en el olor de las tostadas, le haya hecho recordar esa novela y buscarla antes de salir. Si hubiera desayunado un licuado de banana o si no hubiera abierto las persianas, tal vez ahora estaría con otro libro. Y ni hablar de si hubiera salido en ayunas.

17.9.13

La lectora y sus habilidades


Hay ciertas habilidades que la lectora desarrolló en estos años. Por ejemplo, leer y conversar con la pequeña lectora, sin que una actividad interfiera con la otra. Casi como un canon. O leer, conversar y estar atenta a la parada. Incluso leer, conversar, estar atenta a la parada y mover las piernas en “ico ico”. Todo junto. Tarde o temprano, el colectivo va a ser más eficaz que el “ico ico” y la pequeña lectora se va a dormir. El único riesgo sería que la lectora también se durmiera. Aunque, después de todo, no sería tan grave: está desarrollando la habilidad, también, de leer y dormir al mismo tiempo.