ilustración: Ayelen Romero
La lectora encuentra un libro que buscó hace años. Aunque perdió el interés por ese libro, lo compra. Sabe que no lo va a leer, que lo va a dejar en algún estante, apretado entre los otros como en un colectivo a la hora pico. Sin embargo: lo paga, se lo lleva y lo acomoda al fondo de sus recuerdos.
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