foto: Silvina Baez
Aquí en Paris tenemos una primavera preciosa que hace difícil encerrarse a trabajar. Me voy a la calle con un libro como la Lectora.
(1979), escritora y aforista española.
Cuando uno se siente a gusto donde vive, puede ocurrir que se olvide de los problemas habituales de la ciudad y salga a caminar despreocupadamente, con un libro en la mano, sin rumbo fijo. Es al andar por las calles eligiéndolas al azar cuando aparecen los mejores lugares, como si estuvieran reservados para quien tiene tiempo de encontrarlos. La lectora está en un día así.
Al ver el banquito entre los árboles, libre y con la luz exacta del sol que comienza a irse, se recuesta como si estuviera en su cama después de una siesta.
La lectora está segura de que el banquito la estaba esperando. No vamos a discutírselo.
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