El lector puede ser considerado el personaje principal de la novela,
en igualdad con el autor; sin él no se hace nada.
Elsa Triolet
(1896-1970), escritora francesa.
La lectora camina a toda prisa por el microcentro, anhelando que llegue el momento de retomar la lectura. Dobla en Rivadavia y con total agilidad evita pozos y baldosas flojas. Sus zapatos se adhieren al suelo por el tiempo efímero de cada paso. Las vidrieras luminosas pasan a su lado, una tras otra, pero sus ojos no las ven. Deambula abstraída. Si pudiéramos entrar en su cabeza, nos encontraríamos con una página que espera y agita sus letras con ansiedad. Ella tiene muy presente en qué parte de la historia se detuvo, qué personaje cautiva su atención y a dónde quiere volver lo antes posible. Llega a Florida e involuntariamente disminuye la velocidad. En la peatonal hay tanta gente por metro cuadrado que por más que quisiera no podría avanzar demasiado. Pero no quiere, porque en estos momentos de casi inmovilidad encuentra una oportunidad y sin dudarlo, la toma. Abre el ejemplar deseado, busca la última página leída y el mundo se despliega frente a sus ojos. El bullicio del gentío se aleja como si pasara a otra dimensión. No sabemos si es la ciudad o la lectora la que cambia de plano.
En la peatonal agitada, ella se deja llevar por el silencio ideal para retomar su lectura.
También en:
Los martes miento N 174 (revista virtual semanal)
1 comentario:
Felicitaciones y buen comienzo de blog ;)
He sido lectora de este tipo en alguna època, què lindo es, siempre se puede volver...
Un beso grande!
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