Hace años que, de vez en cuando, escribo un cuento o un poema para niños. Lo de “para niños” es relativo, así que empiezo de nuevo: hace años que, de vez en cuando, escribo un cuento o un poema pensando en que sea accesible para mi hija. No que sea “un cuento infantil”, sino que sea literatura y listo. Que cada lector, desde su edad, realice su propia experiencia. Que no sea “aburrido porque es para niños” ni “difícil porque es para adultos”.
Tuve la alegría de encontrarme con Patricia y de hacernos amigas mientras llevábamos adelante el proyecto El crujido de las hojas. Yo, con el cuento, ella, bordándolo. Acá estamos, tomando mate entre pajaritos azules, a través de la mirada fotográfica de Jitka. El libro está casi, casi, casi listo.
Estén atentos que pronto habrá más novedades.
¡Ah! y la contratapa la escribió mi querido Franco Vaccarini a quien, si no leyeron, ya se los recomiendo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario