Tres de los autores de Bailarinas (Desde la gente, 2018) nos cuentan cómo fue escribir para este proyecto.
El libro se presenta el miércoles 3 de octubre a las 19 hs en el Centro Cultural de la Cooperación, Sala Pugliese. Avenida Corrientes 1543.
Ariel Bermani |
Dice Bermani:
Escribí “La escuela de danza” a pedido de Anahí Flores. Ella quería armar una antología de cuentos de bailarinas y yo busqué el modo de satisfacer su demanda, a pesar que se trata de un mundo desconocido para mí. Sólo tenía una referencia: alguien que quiso entrar a la escuela y no se lo permitieron por tener un leve sobrepeso. De ahí salió el cuento. Inventé la historia, los personajes y es probable que haya cometido muchos errores cuando el narrador habla del tipo de examen que toman en la escuela. Pero hay algo queme gusta del cuento: la postura desafiante de la chica, que decide enfrentarse al examen, aprobar, y después, rechazar el ingreso.
José María Marcos |
Dice Marcos:
Es muy interesante cómo un tema puede despertar en cada persona una historia diferente. Cuando me llegó la propuesta de escribir sobre el mundo del ballet clásico, pensé que se trataba de un buen motivo para hablar sobre los intersticios entre el discurso y el lenguaje del cuerpo. Retomando el tema del doble, puse en escena el relato de una famosa artista que tiene una hermana gemela a quien admira y envidia. Imaginé al baile como vía de comunicación con el misterio y me incliné por la composición de un cuento de horror pero en clave íntima y desapasionada, con ciertas ambigüedades respecto a la irrupción de lo sobrenatural. Esta forma me pareció la más adecuada para abordar este universo.
Laura Massolo |
Dice Massolo:
La propuesta de escribir sobre bailarinas supuso adentrarme en un mundo que no conozco más que como espectadora; tuve que investigar, abordar nuevos lenguajes, imaginar climas y, lo más difícil, intentar ser creíble.
Me resultó más práctico resolver la historia desde el policial. De esa manera, soslayé el compromiso de subir a un escenario o de intentar un solo paso de danza, lo que hubiera resultado en un cuento humorístico. Así y todo, de no ser por la guía constante y paciente de Anahí Flores, mi policial de bailarinas estaría lleno de disparates.
Agradezco esta experiencia a nuestra verdadera bailarina y a los maravillosos compañeros que vienen danzando conmigo en la escritura.
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