Editar en otoño un libro que se llama Ciertas horas en la primavera es un despropósito, ya lo sé. Pero juro que cuando Mauro Quesada me dijo: tu libro saldrá en la primera parte del 2017, no se me ocurrió que mejor sería esperar hasta septiembre.
Tal vez por eso haga tanto calor en estos días. O tal vez yo esté temporariamente en el hemisferio equivocado. Todo puede ser.
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