Silvia Hopenhayn lee un poema de Se durmió durante la presentación en Runrún.
Se durmió
en el sofá minutos antes
de que llegara mi amiga.
Me quedé cerca, atenta
a que no rodara y se fuera al suelo.
Mi amiga entró y movió los labios
en un Hola mudo.
Nos sentamos, las dos, en el sofá.
Frente a nosotras
el fuego se movía en la chimenea.
Tomamos mate amargo,
comimos pan con miel.
Nos turnamos
para ir al baño o hasta la cocina
a recargar la pava.
Fue un trabajo en equipo.
A las dos horas, mi amiga
volvió a mover los labios:
Chau, leí. El fuego
sigue a los saltos en la chimenea.
en el sofá minutos antes
de que llegara mi amiga.
Me quedé cerca, atenta
a que no rodara y se fuera al suelo.
Mi amiga entró y movió los labios
en un Hola mudo.
Nos sentamos, las dos, en el sofá.
Frente a nosotras
el fuego se movía en la chimenea.
Tomamos mate amargo,
comimos pan con miel.
Nos turnamos
para ir al baño o hasta la cocina
a recargar la pava.
Fue un trabajo en equipo.
A las dos horas, mi amiga
volvió a mover los labios:
Chau, leí. El fuego
sigue a los saltos en la chimenea.
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