En El infinito viajar reúnen escritores y artistas plásticos y les piden que cuenten cuál es su proceso creativo y si es que tienen un método. Me gustó tener una excusa para ponerme a pensar en el asunto. Me salió esto:
Luego me pidieron que hablara sobre la relación que hay entre el cuerpo y el momento de escribir. Pensé en muchas respuestas, terminé escribiendo esto:
Doy mucha importancia al cuerpo. Intento estar cómoda (mis parámetros de comodidad son bastante amplios) y no me quedo quieta por horas, sino que cambio de posición cada cierto tiempo. A veces escribo de pie. Me gusta hacerlo a mano y en papel, me resulta más físico que el teclado de la computadora.
Hace muchos años, tuve una época en que me ponía cabeza abajo media hora por día. Tal vez por la cantidad de sangre que va al cerebro al estar dada vuelta, se disparaban cantidad de ideas interesantes. Eso me hace acordar a este fragmento del gran Lewis Carroll, en A través del espejo y lo que Alicia encontró allí:
El Caballero pareció sorprendido con la pregunta:
—¿Qué importancia tiene la posición de mi cuerpo? —dijo—. Mi mente continúa trabajando sin hacer diferencias. En realidad, cuanto más cabeza abajo estoy, más cosas nuevas invento.
Para finalizar, les mandé cuatro poemas. Uno de Se durmió (Bajo la Luna, 2015), otro de La Plaza (Paisanita, 2013), uno de Catalinas Sur (Eloisa Cartonera, 2012) y un inédito.
Pueden leer la nota completa, y las de otros escritores, entrando al link de El infinito viajar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario