La lectora entra al sauna con un libro. A medida que pasa el tiempo, ella se deshidrata y el libro se hidrata de ella. Hay algo de vampirismo en eso. Las gotas de sudor se evaporan hacia el papel y empapan frases al azar. El trazo de las letras se expande con el líquido y las páginas van tomando el aspecto de enormes lupas arrugadas.
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