4.2.14

La lectora y los adoquines




Por detrás del papel, ve la calle. Los adoquines húmedos la confunden. Parecen los mismos de una escena de páginas atrás. Mira de reojo a su alrededor y vuelve a las páginas. Cree reconocer, también, la arquitectura. Vuelve a mirar de reojo: sí, es una aldea. Pero cómo es que esas casas llegaron hasta ahí. De alguna forma, el ambiente que acaba de leer se trasladó a su alrededor. Falta saber si a los personajes de la novela les pasó lo mismo. En ese caso, más le valdría a la lectora cerrar el libro y estar atenta a ese túnel, a esas puertas entreabiertas por donde alguien podría aparecer.

1 comentario:

Margen Visual dijo...

Y si se volaran las hojas de ese libro... ¿qué pasaría con el relato liberado?