La lectora en la ciudad
Por Sebastián Robles
Mucho se habló de los blogs como soporte de sueños, intereses y aspiraciones personales. Sin embargo, con algunas excepciones, se dijo más bien poco acerca del rol que tuvieron en la formación de la generación de escritores que hoy ronda los treinta años. Lo cierto es que, si bien en los últimos tiempos parecen haber sido desplazados por redes sociales como Facebook o Twitter, los blogs todavía están ahí y en algunos casos gozan de muy buena salud, como un testimonio felizmente anárquico de creatividad al margen de cualquier filtro editorial.
“La lectora en la ciudad” es un personaje, y es también el nombre del blog que viene llevando adelante, desde hace algunos años, la escritora y poeta Anahí Flores, egresada del programa de formación en escritura narrativa de Casa de Letras. Lo que empezó como un proyecto personal, terminó sumando también a otras personas: fotógrafos, ilustradores, lectores del blog que enviaban sus propias fotos leyendo, o sus propias experiencias de lecturas registradas en textos. Otros tomaban a la lectora como personaje y hacían micro cuentos con ella.
Conversamos con Anahí acerca de “La lectora en la ciudad”.
¿Cómo surge la idea de hacer el blog?
Fue una forma de darle un espacio propio a la lectora, personaje que, cuando nació el blog, ya tenía un año.
Borges dijo que él no sabía si había sido un buen escritor, pero sí un buen lector. Qué pena no poder decirle a Borges que esa frase resultó uno de los principales disparadores de la lectora. Un poco fue esa frase y otro poco la auto-observación: hice una lista de lugares para leer, por ejemplo el medio de la Avda. Nueve de Julio (no se me ocurrió de ingeniosa, sino porque ya me había encontrado a mí misma en el medio de la avenida y con un libro abierto, los autos pasándome a ambos lados).
Quería que la voz del narrador estuviera definida desde el inicio, para que se mantuviera en todos los episodios o posts. Hay un poema de Andrés Neuman que se llama Mujer leyendo, en el cual él describe una escena donde aparece una lectora y lo que a él le pasa cuando la mira. Tal vez al leerlo supe que quería que ella no hablara: a la lectora la dejaríamos haciendo lo suyo, que es leer. La lectora sería observada y con eso, pobre, la condené a ser callada.
Tener una estructura (microrrelato en tercera persona con foto producida, por lo general, después del texto) y un personaje más o menos definido es una gran ayuda y una condena. Ayuda porque a partir de entonces hay un molde y lo único que queda es rellenarlo. Condena porque el personaje mismo exige que uno no lo deje de lado. O, más bien, uno lo ve ahí al personaje y quiere mantenerlo vivo.
¿Cuánto hay del personaje de la lectora en Anahí Flores?
Todo.
Sos autora de tres libros (cuentos, poesías y limericks), además de varias publicaciones acerca de filosofía del Yôga. En el blog se menciona que estás corrigiendo una nouvelle, “Láctea”. ¿En qué medida creés que influye (o no) la experiencia del blog sobre tu escritura?
En la escritura no creo que influya. Los textos de la lectora los revisamos Diana Raschelli de Ferraris (mi mamá) y yo como si se trataran de microrrelatos para un libro. Con esto quiero decir que no por ser material para blog es escritura a las apuradas o sin corrección.
¿Podés contarnos alguna anécdota que te haya resultado curiosa o interesante en estos cuatro años de blog?
El último mes de embarazo y los tres primeros meses de la vida de Sofi me tomé “licencia por maternidad” del blog. Muchos amigos (Hugo Correa Luna, Gabi Luzzi, María José Eyras, Julio Flores –mi papá– y Lilly Burgwardt, entre otros) mandaron textos y/o fotos para que el blog no parara. Dejé programada una entrada por semana. El martes que tuvimos el larguísimo trabajo de parto –casualidad o no– estaba programado el post de Darío Kullock La lectora en el vientre. ¡Fue una forma de despedirnos de la panza, justo el último día!
Hay muchas más anécdotas. Amistades que nacieron a través del blog. Un libro de limericks que tiene a la lectora como protagonista, escrito por Ricardo Bada, publicado por CakiBooks. Una exposición de arte donde se incluyeron dos cuadros inspirados en la lectora. Me gusta cuando toman prestada a la lectora para otras obras.
¿Qué otros blogs te gusta leer?
En los últimos tiempos, como estoy muy metida con la lectura de libros que luego comento para El almacén de libros, CatamarcaPress y la revista Limonada, tengo los blogs un poco olvidados. Además, porque mi gran proveedor de recomendaciones interesantes era la revista Oblogo, que ya hace un tiempo que no sale. Pero, al menos una vez por mes, paso a leer los delirios de Darío Kullock en El nido prestado y las Microrréplicas de Andrés Neuman.
¿Qué estás escribiendo en la actualidad?
Terminé hace poco la revisión de un poemario. Son casi veinte poemas sobre el momento en que un bebé al fin se duerme y todo lo que eso genera. El primer verso es idéntico en todos los poemas: “Se durmió…”
Y estoy escribiendo una nouvelle, o tal vez un cuento largo, aún no sé. Puede ser que se llame Gárgola.