25.6.13

Anahí de Catalinas - en Sur Capitalino

Acaba de salir este reportaje sobre Catalinas Sur y Todo lo que Roberta quiere, hecho por Manuel Eiras en la revista Sur Capitalino del mes de junio. Se puede descargar la revista completa en PDF, en el site (el reportaje está en la página 9). 


18.6.13

Saramago



foto: Anahí Flores (estante de la lectora: 100% Saramago)
Empezar a leer fue para mí como entrar en un bosque por primera vez y encontrarme de pronto con todos los árboles, todas las flores, todos los pájaros. Cuando haces eso, lo que te deslumbra es el conjunto. No dices: me gusta este árbol más que los demás. No, cada libro en que entraba lo tomaba como algo único.

Começar a ler foi para mim como entrar num bosque pela primeira vez e encontrar-me, de repente, com todas as árvores, todas as flores, todos os pássaros. Quando fazes isso, o que te deslumbra é o conjunto. Não dizes: gosto desta árvore mais que das outras. Não, cada livro em que entrava, tomava-o como algo único.
(16 de noviembre de 1922 - 18 de junio del 2010), escritor portugués.

11.6.13

La lectora en pleno zapping


foto: Melina Flores


La lectora sabe que está rodeada de mundos. Los de los pasajeros que tiene cerca, cada uno en sus pensamientos. El de la calle que ve pasar por la ventanilla. El del libro que sostiene con la mano libre, la que no está agarrando con fuerza a la pequeña lectora. El de la pequeña lectora. El suyo propio. Esos mundos son como globos transparentes, de colores, que en más de una ocasión se superponen y forman nuevos tonos. Lee una oración, esquiva la cabeza del bebé, lee otra oración, espía por la ventanilla para no pasarse la parada, lee otra más, una mujer que va hacia la puerta la choca con la cartera. Va de un mundo a otro, en un zapping ágil que nada tiene que ver con sus lecturas de hace un año, tirada en el sofá, ajena a los relojes. Pero a veces, con tanta ida y vuelta, algún personaje o situación se le cuela en la realidad o viceversa. Ahora, por ejemplo, no recuerda si la necesidad de bajarse en Retiro era de ella o de la protagonista del libro. Está a una parada de la estación. Decide que no, no va a bajarse. Prefiere continuar con la novela.

4.6.13

Sugerencias de la lectora para este otoño

Estamos en la revista de arte y cocina Limonada, sugiriendo algunas lecturas para este otoño. Quien quiera un ejemplar en papel, puede pedírselo a la lectora que le guardará uno.


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Hay un día del año en que agregamos una frazadita a la cama. Es probable que a la mañana siguiente nos quedemos un rato más entre las sábanas. Y si tenemos mesa de luz, estiramos el brazo hacia allí (de paso nos desperezamos) y agarramos un libro. Tal vez leamos unas páginas. A esa hora en que todavía no estamos tan racionales, la poesía puede funcionar como la continuación del sueño. En Colorcarne, de Erika Martínez (Editorial Pre-textos, Valencia. 2009), un verso dice “todo lo cálido busca refugio”. Nada mejor que seguir un rato más en el refugio de la cama, abrazados a quien esté a nuestro lado.
Y ya más despiertos y vestidos, si tenemos un hijo, sobrino o nieto en casa, leamos en voz alta y detengámonos en cada imagen de Una lluviosa mañana de domingo de Sooni Kim, con ilustraciones de Mia Sim (Adriana Hidalgo Editora, 2010).  Si el día amenaza con lluvias, entonces el paisaje real será como el del libro. Ideal para leer con un niño a upa, recostados en el sillón del living, con las ventanas cerradas para que no entre el agua.
Hacia la mitad del día, elijamos al azar uno o dos de los casi 300 micro cuentos –a veces de una única oración– de Los cuentos glaciales de Jacques Sternberg (EditorialLa Compañía, 2010). No me resisto y comparto con ustedes uno de los más cortos. Se llama “El cartel”. “No sin asombro se halló, colgado en la puerta de un panteón, este cartel: VUELVO ENSEGUIDA”.
Y antes de acostarnos, ya con el celular apagado y sin riesgo de interrupciones, abramos una novela. En La otra playa hay una superposición de dos realidades –o dos planos– que al principio sólo se intuye. Una playa, una casa, una realidad paralela y fantasmal donde no existe –detalle inquietante– la Coca-Cola. Mejor no decir más de esta novela de Gustavo Nielsen (Alfaguara, 2010) por la que es un placer dejarse llevar, no importa adónde.

Y después, a dormir… o a pasar la noche en vela hasta terminar de leer La otra playa.