20.11.12

La lectora en un escalón




Tenía la intención de bajar la escalera completa. Bajarla mientras leía. No pudo. Si hubiera seguido, hubiera corrido serios riesgos de tropezarse. Y hacer una pausa en la lectura, imposible. Ese libro tenía las páginas como abrojos. 
Los escalones de madera, de todas formas, son un buen lugar para sentarse un rato.

4 comentarios:

Betina Z dijo...

Ay, por más que lo intento es imposible; y más imposible es controlar la curiosidad de saber (como en el subte, en el colectivo, en un bar) ¿qué libro-abrojo leerá la lectora?...

La lectora dijo...

Hola Betina Z. Creo que a veces los libros abrojos son temporarios... o sea, a veces te "abrojean", y tal vez unos años después ya no... Entonces, termina siendo que no importa mucho qué libro es, sino si tiene o no la compatibilidad abrojística con el tipo de lector que uno es en ese preciso momento. ¿Me enredé mucho? Gracias por tu comentario. Un beso.

Betina Z dijo...

Se entendió perfecto. Pero yo no pregunté por los libros abrojo de la niñez, la adolescencia o el mes pasado, sino por ese, el del escalón. Está bien: la lectora tiene todo el derecho de mantener en secreto esa compatibilidad abrojística, qué le vamos a hacer... :)

Un beso

Anahí Flores dijo...

Betina Z: gracias por la comprensión :-)
Jijijiji.
Un beso también.