foto: Miguel Sampedro
Lee una página y cambia un pañal. Avanza dos páginas más y se detiene: la pequeña grita de hambre. La pone al pecho y, con la mano libre, se las ingenia para pasar las páginas. Con cada movimiento de la boca del bebé, la lectora digiere entre tres y cuatro palabras. Del libro también emana un suave aroma a leche.
9 comentarios:
Ser madre y lectora será que se trata de un arte... Hermosa foto, lectora! Saludos!
Que linda lectora lactea! Saludos!
Pienso que el pecho filtra una cantidad de elementos nocivos para el bebe y por eso lo protege. Entonces, cumpliendo con la misma función que lo protege y lo nutre a la vez, aquellas cosas que lees son ingeridas por él, tal vez mejorado, corregido y enriquecido que navega por las glándulas y sale navegando en la leche. Con los pechos cuenta una historia, la lectora. El mundo según el pecho.
Saludos y felicitaciones
qué cosa linda! y lindo que lleguen para acompañarnos ;)
Modulkit Muebles: no sé si se trata de un arte pero sí de una habilidad: la de saber coordinar.
Gabi Luzzi: gracias por pasar :-)
Darío Kullock: a pesar de que el pecho, como bien decís, filtra lo nocivo, trataré de seleccionar mis lecturas en este tiempo.
vero mariani: ¿qué llegueN...? ¿leí un plural? ¿alguien está llegando por ahí...?
¡¡Qué lindas!! Las estoy extrañando. Nos vemos el mes que viene.Abrazos. Lilly
Lilly querida, también te extrañamos. Nos vemos prontito :-)
Hermoso post, Anahí.. Me tomé mi tiempo pero pasé. Besito
Doy fe de que es así y pongo un sello que así lo certifica.
Lo vií una y veinte veces... Así se enseña a mamar la lectura.
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