foto: Julio Flores
Todos nos leemos a nosotros mismos y al mundo que nos rodea
para poder vislumbrar qué somos y dónde vamos.
Alberto Manguel
(1948), escritor argentino.
El muro se ve atestado de mensajes superpuestos. No es un muro de facebook, es la pared lateral de un frigorífico donde los grafitis aparecen de a capas, como en excavaciones arqueológicas. La lectora se para frente al muro y trata de leerlo. Pero no entiende lo que lee y quedarse afuera, en este caso, no le agrada.
Muy pronto la vemos caminar hacia otro lado, desistiendo, al menos por ahora, de los jeroglíficos urbanos.
También en: Los martes miento (revista virtual semanal)
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4 comentarios:
Es lindo encontrar tantos grafitis, no?
Muy lindo el post!
Saludos!
Gabi: no sé si es lindo... más bien intrigante.
Me gustan los grafitis, pero de todos modos no me dejan de parecer algo extraño.
MC: sí... tan extraños, a mi ver, como los tatuajes.
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