14.2.12

La lectora y una decisión difícil, por Andrés Quincoses

Durante enero completo tuvimos el placer de publicar, todos los martes, textos hechos por amigos para nuestro blog. Vale la pena leerlos, pasando por aquí. Y nos gustó tanto esto de tomarnos vacaciones... por eso, como ya anunciamos el martes pasado, continuaremos con los escritores invitados por un mes más, comenzando con Andrés Quincoses. Y, avisamos, que se aceptan escritores auto-invitados que quieran mandarnos sus textos para posibles futuras publicaciones. Los dejamos, entonces, con Andrés.

La lectora y una decisión difícil

Ha llegado el momento. La primera batalla de la Independencia tuvo lugar y la lectora -bajo el manto de aquella dulce derrota- deberá aceptar que su niña quiere leer sola. Después de haberle narrado tantos cuentos, la verá  afrontar aquel primer libro por su cuenta. Pero qué querés leer hija, supongamos, le pregunta. Y no sé mamá, recomendame uno, supongamos, le responde. 
¡Ah, qué lindo el peso de aquella decisión! ¿Por dónde se empieza? ¿Cuál debe ser la puerta de recepción a ese mundo tan maravilloso? Hay que empezar por los clásicos, dirá algún purista, y no tanto, contradice un servidor, yo empecé con “Mi planta de naranja-lima” y hoy creo que no fue una buena decisión. Lloré. Me dije que los libros eran crueles.  
No importa el título que eligió para su pequeña, no metamos las narices en ello. Lo que importa son esos pasitos que, más tarde, hacen que la lectora eleve la vista por encima de su propio texto. 
Empezá conmigo, supongamos, le dice la niña mientras se acomoda en la cama junto a ella. 
Sí, mejor juntas.

4 comentarios:

GL dijo...

que hermoso texto, que bueno poder leerlo acá, les mando un beso de mi corazón a todos!

Andrés Quincoses dijo...

Fue muy lindo haber podido contribuir un poquito. Agradezco a La Lectora por la oportunidad

La lectora dijo...

Gracias Gabi :-)

Andrés: nos encantó tu cuento. ¡Lo vamos a guardar para que Sofi lo lea en unos años!

Eme dijo...

Uy! me hizo acordar que yo empecé con "Crin Blanca" ahí me enamoré de los caballos, de los libros y del mar! a pesar de que era una historia triste, nunca pude dejar de leer.

Precioso escrito, besoss