foto: autorretrato de Anahí Flores
El mundo está lleno de libros preciosos que nadie lee.
Umberto Eco (1932),
escritor italiano.
No todo es un mar de rosas en la vida de la lectora. Puede ocurrir que disponga del tiempo, de un lugar confortable, que tenga un buen libro en sus manos y aún así las cosas no salgan como a ella le gustan.
Subió a la combi y se sentó en uno de los asientos individuales. Era media tarde, la luz entraba potente por la ventanilla e iluminaba la página de su libro. Reclinó el asiento. La calefacción estaba en su punto ideal y el chofer había sintonizado, en volumen bajo, un programa de jazz. Entrecerró los ojos para degustar el momento y luego los posó sobre la primera página con la intención de deslizarse, desde ésta, hacia el interior de la historia.
Estaba todavía en el primer párrafo cuando el ringtone de una pasajera la interrumpió como un mosquito nocturno. Y luego fue la charla, la charla completa y detallada que la mujer tuvo con algún amigo al que, era evidente, hacía tiempo no veía. La lectora quedó atascada en el tránsito de palabras: entre las que venían del libro y las que se entrometían desde la pasajera.
Cuando llegó a casa una hora después, el señalador apuntaba, con desilusión, la primera página del libro.
También en:
Los martes miento N 205 (revista virtual semanal)
También en:
Los martes miento N 205 (revista virtual semanal)
13 comentarios:
Ufa. Pobre lectora. A veces dan ganas de hacer desaparecer los celulares de la gente que invade nuestras vidas con la suya de esta manera ;(
(¿Me equivoco o comprás la Ñ vos?)
PS: Muero por ver tus libros rusos. He dicho.
Otra vez entiendo tanto a la lectora. A veces creo que nos lee la mente a nosotros, sus lectores. Cuando viajo en el subte línea "A" para ser más precisos, y trato de concentrarme en mi librito, a pesar del ruido, del traqueteo, de la cada vez más escasa luz y por supuesto intentando no escuchar la la música explosiva de auriculares (o peor de celulares parlantes) ahí me pregunto ¿será un complot anti-lectores? Pero entonces me esfuerzo, recuerdo a la lectora, respiro profundo y vuelvo a sumergirme en las profundidades de las palabras que me cautivan y me permiten abstraerme del entorno.
Marcela: no, no compramos la Ñ... ¡ahora decínos por qué creías eso! Ah, ya te mandamos un libro ruso por mail...
Diego: La sensación es mutua. La lectora, cada vez que lee por los diversos rincones de la ciudad, dedica unos instantes a pensar en los demás lectores del mundo. Como si quisiera contarlos, crear un tejido que los una a todos en ese instante de actividad en común, como una tela de araña.
¡Gracias por el libro! Se viene nueva entrada en mi blog. Ya te avisaré.
Y te cuento porqué pensé que comprabas la Ñ. Porque este fin de semana en la sección "Perlas cultivadas"salió Umberto Eco y una de sus "perlas"fue esa frase... Just a coincidence :)
Marce: ¡Qué coincidencia!
Este post -junto con su frase- ya estaba listo desde hace un par de meses... sólo le faltaba la foto (siempre los posts se retrasan por carencia de imágenes).
Esperamos tu post de rusos, qué bueno.
Me indignaba tanto la línea D del subte con sus celulares. Me indignaban tanto las conversaciones tan ajenas a mi lectura en la C que encontré una solución: según qué estoy leyendo, busco una música que acompañe mi lectura y así es como a veces... ni siquiera escucho la música en mis oídos
besosdelosqueseleen
Tucky: sabés que si bien la lectora aquí reclama de las conversaciones ajenas (sobre todo cuando son en voz muy alta y aguda), no han sido pocas las veces que de una charla escuchada uno termina arrancando un cuento... jeje.
Maldito ringtone, maldito celular. Venía todo tan bien...
Dropi y Tuky: miren los horarios de sus mensajes, ¡estamos prácticamente en un encuentro on line!
:-)
¡Ja! La hora de "la internet"...
Jeje, sí, un día podemos hacer un círculo de lectura programado entre los blogs (?)
El señalador a veces se va..
Jordim: es verdad, pero lo malo es cuando el señalador se estanca...
Publicar un comentario