Foto: Anahí Flores
Texto: El Dropi
Hace unos días, el dropi hizo un comentario en este post y eso hizo que la lectora recordara la foto de una lectora de piedra hecha en Lisboa algunos años atrás. A raíz del comentario (y del recuerdo) surgió una charla entre dropi y lectora, y la consecuencia es este nuevo post.
Una iglesia en Lisboa. La vida y los libros llevan a la lectora a infinitos mundos, a impensados destinos. La lectora avanza con pasos medidos, buscando su lugar, descifrando su momento. Al principio, todo le parece piedra, gris y frío. La lectora abraza su libro y es el frío el que deja de existir. Mira a la mujer de piedra y piensa: “Nada mejor que la compañía de un buen libro cuando se emprende un largo viaje”. Se arrima despacito, cuidadosa, sin hacer ruido, y acaricia la piedra, siente la textura y se sorprende, no le resulta tan rugosa. Un poco más en confianza se imagina epitafios: “Ahora sí podrá leer en paz”. O: “A pesar de todo sigue leyendo”. La lectora se ríe, abre su libro, una página al azar, y comienza a leer en voz alta. No leyó más de cinco o seis palabras cuando escuchó un chistido. Mira hacia un lado y hacia otro aunque sabe que están solas, ellas: la lectora y la mujer de piedra. Sabe que no hay nadie más. Presta atención y descubre un suave murmullo, al principio como de piedras que luego reconoce como una voz. La lectora se sienta, se acomoda, apoya el libro sobre sus piernas y ahora escucha, disfruta, a la mujer que lee.
También en: Maldita Palabra
También en: Maldita Palabra
5 comentarios:
Hermoso! la persistencia de una lectora puede lograrlo todo!
Ahhh... ¡Qué lindo!!
:)
Los escritos vuelan y Marcela: ¡gracias chicas! Hay que agradecerle a El Dropi, que fue quien escribió el texto. Besitos.
Que lindo!! Me encantó. La fría geometría de la semántica, volviéndose amor. Alegraste mi día lectora!
Pablo: ¡qué bueno lo de alegrar el día! Saluditos :-)
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