Hace unos días, Maumy González me hizo unas preguntas sobre mi cuento Anfibias (que abre Criaturas, Alto Pogo) para su taller literario. Les comparto las preguntas y las respuestas, y de yapa una foto en el sauna que menciono en la mini entrevista.
Sauna del Hotel Castelar, en el 2015 |
1. ¿Cómo surgió Anfibias?
1. Un día fui al spa del hotel Castelar. La recepcionista, lo primero que hizo fue darme indicaciones sobre el uso del circuito de saunas: ese antes, el otro después, jamás alterar el orden o saltearse alguno. También especificó el tiempo máximo de permanencia, que variaba entre sauna y sauna. Eran demasiados detalles y, como suele ocurrirme, antes de que la mujer terminara con la explicación meticulosa yo ya había olvidado todo. Mientras la recepcionista hablaba, yo pensaba si habría alguna clave oculta en el orden y en la precisión del tiempo. Ella hablaba como si estuviera enumerando ingredientes de una pócima que requiriera atención extrema. ¿Alguien conseguiría retener todos esos datos? ¿Qué pasaría si uno alteraba el orden o se quedaba de más en alguno? Le pregunté a la recepcionista si las instrucciones estaban en algún cartel ayuda memoria. Se rió, con una risita que, para mí, escondía algo más. Esa misma tarde empezó a gestarse Anfibias y lo escribí un par de días después, de una sola sentada. Elegí narrarlo en primera persona porque quise que el lector se sintiera interpelado, como si lo estuvieran agarrando por la cintura y hablándole al oído.
El motor para escribir fue, más que nada, saber qué había por detrás de ese spa al que había ido. En cierto sentido necesitaba averiguar de qué me había salvado.
2. ¿Por qué escribir un cuento fantástico?
2. Escribo cuentos considerados fantásticos porque así me salen últimamente. No planeo el género antes de sentarme a escribir, sobre todo porque descreo de los géneros absolutos. Maurice Blanchot dice (y lo cita Todorov en Introducción a la literatura fantástica) “Sólo importa el libro, tal como es, fuera de los rótulos, prosa, poesía, novela, testimonio, bajo los cuales se resiste a ser ubicado y a los cuales se niega el poder de fijarle un lugar y determinar su forma”.
3. ¿Qué características consideras que debería tener un cuento para ser considerado dentro del género fantástico?
3. Creo que un cuento considerado fantástico por un consenso general, tiene las raíces en la realidad y, en algún momento, nos descoloca con un elemento que nos lleva a otra realidad, un elemento que corre al lector del eje al que está acostumbrado pero también lo mantiene en un mundo que conoce (porque si lo apartara del mundo conocido caeríamos en la fantasía: en Tolkien, por dar un ejemplo).
El cuento fantástico genera incomodidad, hace que el lector dude, ¿esto está pasando, es posible, podría pasarme? Yo lo veo como una fisura en la realidad, que te hace acceder a otro plano de la realidad. O sea: seguimos estando en la realidad. Una realidad ampliada, más elástica, si se quiere. Pero también puede llamarse cuento fantástico, claro.
Comparto un fragmento de una de las clases que Cortázar dio en Berkeley en 1980, que me identifica mucho: “…lo fantástico nunca me pareció fantástico sino una de las posibilidades y de las presencias que puede darnos la realidad cuando por algún motivo directo o indirecto alcanzamos a abrirnos a esas imprevisiones (…) No es un escapismo, es una contribución a vivir más profundamente esta realidad…”
4. ¿Qué autores argentinos contemporáneos que hayan incursionado en el género fantástico recomendarías leer?
4. Argentinos y contemporáneos que hayan incursionado en el género fantástico: Schweblin y Lamberti (pero, de ambos, sólo recomiendo los cuentos).
5. Nómbrame algún cuento (o cuentos) de género fantástico (y su autor/a) que consideres ícono en el género, es decir, que alguien que quiera incursionar en el género debería sí o sí leer.
5. Soy lectora y relectora de los cuentos de Cortázar. De su forma de ver el mundo, Aurora Bernárdez dijo en la única entrevista que dio: “Hubo un día en que me di cuenta, y ocurrió rápidamente, que él estaba viendo otra cosa. Al principio esa otra cosa me parecía, cómo decirlo, una fantasía que contradecía mi sentido racional de la realidad. Un buen día me di cuenta de que no, de que no lo contradecía, de que tal vez esa fuera la verdadera realidad”.
Otros autores que recomendaría: Henry James, Edgard Allan Poe, Dino Buzzati, Franz Kafka. ¿Todos ellos escriben fantástico? No lo sé. En gran medida, sí. Pero si uno se pone a googlear, encontrará las opiniones más contradictorias. Léanlos, más allá del género.
¡Ah! Me faltó mencionar un cuento al menos. Veamos… elijo “Una muchacha que cae”, de Buzzati. Y les dejo el link:
http://descontexto.blogspot.com/2008/11/muchacha-que-cae-de-dino-buzzati.html