28.2.12

Un lector en París, por María José Eyras

Estamos terminando el segundo mes de licencia por maternidad en nuestro blog. ¿Qué pasará en marzo...? Muchas gracias a los amigos que enviaron sus textos para que durante enero y febrero completos la lectora se diera una pequeña pausa. Si aún no los leyeron, pasen por aquí
Y hoy está con nosotros María José Eyras, quien anduvo por Europa hace poco y encontró lectores por todos lados. El mes pasado tuvimos a su lectora en Lisboa, y hoy a su lector en París. ¿Será que seguirá encontrando lectores urbanos, también en Buenos Aires? Ya veremos. Y quien quiera conocer el nuevísimo blog de nuestra amiga, visite ¡Ay Candela!


Un lector en París 

Una llega a París después de una vida entera, con tantas ganas de caminarla que ni abre la valija y sale a aprovechar la última luz de la tarde. Bordea el Sena, se detiene en les bouquinistes, cruza Le Pont des Arts, admira las vistas del Louvre. Transportada, se va acercando a Nôtre Dame, la divisa desde la plaza, generosa antesala, y se dice de pronto qué lindo sería escuchar misa allí, ¿cuándo? Habría que averiguar horarios, consultar la guía, Internet. Entonces, ya en la cola de turistas que entran continuamente, como un río, al interior del santuario, comprueba sorprendida que sí, hay misa en Nôtre Dame. Y avanza amparada por el Ave María, el mismo que su madre cantaba de joven en la iglesia del pueblo, y aunque es más vale agnóstica le da por llorar. Será la Catedral, la casualidad, el deseo cumplido, la cosmopolita París, el cura africano, la cantante oriental, el río de turistas, estar en ese templo en ese momento. Pero no hay tiempo de detenerse a pensar. Una ya sigue caminando, devorando la ciudad, las vistas elegantes y sensuales cuando lo descubre, a orillas del Sena, ensimismado. ¿Qué lee el lector? Ha de ser una novela, qué otra cosa si no, se dice. Y en segundos pasa otra vez una vida entera y es la sala de la casa de la abuela en el pueblo de su madre, entre toscos sillones y el perchero Thonet, en verano, y una (¿la misma?) está tirada en el piso cuan larga es, leyendo ensimismada. Está, fugazmente, en la París de Víctor Hugo o de Alejandro Dumas cuando ya el compañero de este viaje la apura, apremia, le recuerda la hora y caminando, siempre caminando, una se pregunta si aún en la Ciudad Luz, después de todo, no siente nostalgia al ver al lector francés, así de absorto, disfrutando junto al Sena de su viaje estático. Sin aviones ni caminatas.

21.2.12

La lectora Ruperta Nieves, por Gabi Luzzi

Fran y Gabi se fueron de viaje y, a la vuelta, le trajeron a la lectora este conjunto de texto con foto. ¡Gracias!  
Nos vemos el martes próximo, con la lectora por María José Eyras
Saluditos :-)

La lectora Ruperta Nieves 
(por Gabi Luzzi)




Ni bien llegó, me hizo comprar una extraña colección de escobas, que cuidaba para que se gasten de forma pareja. Me robaba ropa, y la usaba para hacer las tareas más húmedas. Sin aparentes motivos estallaba su risa, o corría de una punta a la otra para sonarse la nariz encerrada en el baño. También me obligaba a gritar su nombre a cada instante y despertarla de sus sueños, evitar que el arroz se queme, o el sodero se vaya sin cobrar. Lo que menos logré fue que dejara de leer, pero como mágicamente las cosas aparecían hechas, no encontré excusa para despedirla. Cuando terminó de devorar todos los libros de la biblioteca me dijo que tenía que volver a Perú, que su familia la había mandado a llamar.
Hubiera querido comprar algunos libros nuevos para seguir viéndola por más tiempo. La casa estaba tan limpia como para que mi vida fuera cómoda, y tan sucia como para ser feliz.

14.2.12

La lectora y una decisión difícil, por Andrés Quincoses

Durante enero completo tuvimos el placer de publicar, todos los martes, textos hechos por amigos para nuestro blog. Vale la pena leerlos, pasando por aquí. Y nos gustó tanto esto de tomarnos vacaciones... por eso, como ya anunciamos el martes pasado, continuaremos con los escritores invitados por un mes más, comenzando con Andrés Quincoses. Y, avisamos, que se aceptan escritores auto-invitados que quieran mandarnos sus textos para posibles futuras publicaciones. Los dejamos, entonces, con Andrés.

La lectora y una decisión difícil

Ha llegado el momento. La primera batalla de la Independencia tuvo lugar y la lectora -bajo el manto de aquella dulce derrota- deberá aceptar que su niña quiere leer sola. Después de haberle narrado tantos cuentos, la verá  afrontar aquel primer libro por su cuenta. Pero qué querés leer hija, supongamos, le pregunta. Y no sé mamá, recomendame uno, supongamos, le responde. 
¡Ah, qué lindo el peso de aquella decisión! ¿Por dónde se empieza? ¿Cuál debe ser la puerta de recepción a ese mundo tan maravilloso? Hay que empezar por los clásicos, dirá algún purista, y no tanto, contradice un servidor, yo empecé con “Mi planta de naranja-lima” y hoy creo que no fue una buena decisión. Lloré. Me dije que los libros eran crueles.  
No importa el título que eligió para su pequeña, no metamos las narices en ello. Lo que importa son esos pasitos que, más tarde, hacen que la lectora eleve la vista por encima de su propio texto. 
Empezá conmigo, supongamos, le dice la niña mientras se acomoda en la cama junto a ella. 
Sí, mejor juntas.

7.2.12

La lectora con árbol, libro e hija

En los primeros días del 2012, a la lectora se le dio por tejer varios cactus (y los vamos a hacer valer como "plantar un árbol").


Todavía en la primera semana del año, fue publicado el poemario Catalinas Sur por Eloisa Cartonera. Nuestra amiga Vero Mariani hizo un post al respecto.

(fragmento del post de Vero)

Anita Lectora, como yo la llamo, tiene muchas cualidades tildadas en su ficha de presentación, pero una de las que más me gustan es su capacidad de sorprender. Su libro Limericks Cariocas, con ilustraciones de Lucía Miranda, no terminó de entibiarse sobre la mesa de la novedad cuando recibió visita: su primer libro de poemas, Catalinas Sur. Dos ciudades, dos recursos literarios que acompañaron los meses de gestación de Anita (y su correspondiente bajo poder de concentración), dos formas fugaces de contar historias, y muchas palabras para volar entre lo absurdo y lo cotidiano. 

dibujo de la portada del libro: Cucurto y Margarita.

Pero ni los cactus ni los libros son tan lindos como Sofía Sampedro, quien llegó durante la segunda semana del año, completando así los tres objetivos fundamentales: árbol, libro e hijo.


Con semejantes novedades, la lectora se tomará otro mes de vacaciones bien merecidas (o licencia por maternidad) y dejará el espacio de los martes en manos de los escritores invitados que con tanta buena onda nos fueron mandando sus textos durante enero. Tendremos en febrero a Andrés Quincoses el martes 14, a Gabi Luzzi el martes 21 y a María José Eyras el martes 28. ¡Que tengan buenas lecturas!



31.1.12

La lectora suplente, por Lilly Burgwardt

foto: Luz Hitters

Siguen las vacaciones de la lectora gracias a los amigos que durante diciembre le mandaron espontáneamente textos. El martes 10 leímos a Darío Kullock, el martes 17 a Diego Ariel Vega, el martes 24 a María José Eyras y hoy nos visita Lilly Burgwardt que da el cierre de oro al mes de enero. ¿Qué pasará durante febrero?
Todos están invitados a enviar un post propio para que la lectora extienda las vacaciones por un mes más.
¡Que tengan buena lectura!
Cariños de
la lectora.


La lectora suplente 


La lectora suplente de esta semana se encuentra en la costa, gozando del atardecer frente al mar. Se sumerge en la historia u origen de las palabras. Esas amigas que se entrelazan, se entretejen o se enhebran en hermosos textos de los que disfrutamos cuando tomamos un libro que nos atrapa. No importa que todavía haya bullicio, que le pasen cerca los niños (o los no tanto) jugando a la pelota o que sobrevuele el avión con el cartelito de propaganda flameando al viento. Nada la saca de su momento de lectura placentera.

Sólo por esta vez, se mete en un personaje muy querido, pero ajeno, y a pedido de la auténtica lectora.

24.1.12

Una lectora en Lisboa, por María José Eyras


Enero es un buen mes para tomarse vacaciones, y eso es lo que la lectora está haciendo gracias a los amigos que durante diciembre le mandaron textos para el blog. El martes 10 lo tuvimos a Darío Kullock, el martes 17 a Diego Ariel Vega y hoy, a María José Eyras con su lectora en Lisboa. El martes 31 nos espera Lilly Burgwardt y aún no sabemos qué pasará con febrero. 
Todos están invitados a enviar un texto para que la lectora se tome un mes más de vacaciones.
¡Buena lectura!
les desea
la lectora.

Una lectora en Lisboa 

Una puede llegar a Lisboa siguiendo el recorrido del protagonista de El juego del revés, el cuento de Tabucchi. Basta con tomar el tren nocturno que sale de Madrid alrededor de las diez, cenar en el vagón comedor como en las viejas novelas, dormir en la litera alta (hay un estantecito a mano para dejar el libro de turno y el agua mineral) y ducharse en el mismo tren, antes del desayuno, otra vez en el vagón comedor. Ya en la ciudad, una puede tomar el tranvía 28 y dar un vistazo, desde el centro hasta la Alfama, entre el traqueteo y la suave emoción de sentir serpentear la brisa que  respiró Pessoa por las ventanillas abiertas. Luego, retomando el cuento, una puede ir, como el protagonista y su amante, hasta  la Praça do Comercio. Cámara en mano, una no encuentra a la pareja del relato (ellos dan un paseo nocturno luego de escuchar fados y ahora es mediodía en la Praça) pero sí a la chica de la foto. Tiene aire de turista la lectora. ¿Alemana? ¿Nórdica? También, como los personajes de Tabucchi, se ha dejado ir por las calles lusitanas y se ha detenido allí, a orillas del Tajo. De tanto en tanto, levanta la mirada y sus ojos se pierden en el horizonte. ¿Qué lee? ¿En qué piensa? ¿Acaso está leyendo El juego del revés? Si una se queda de este lado de la avenida, si finge seguir sacando fotos del monumento y de la plaza, si usa el zoom, la lectora no se da cuenta de que es fotografiada. Siguen yendo, sus ojos, su pensamiento, del libro al horizonte, del horizonte al libro. Y una se pregunta dónde, si no en los intervalos de ese ir y venir, está el infinito. 

17.1.12

La lectora insaciable, por Diego Ariel Vega

Gracias a los amigos que en diciembre mandaron sus textos a la lectora, durante enero ella se toma vacaciones. El martes pasado tuvimos el post tan tierno de Darío Kullock, y este martes arrancamos con Diego Ariel Vega, quien ya estuvo en nuestro blog en algunas ocasiones.
El próximo martes 24, tendremos a María José Eyras y el martes 31 a Lilly Burgwardt. ¿Y en febrero? Todos los lectores del blog están invitados a colaborar con algún post, así la lectora puede extender un poco más sus vacaciones.
Un beso y los dejamos con el texto de Diego,
la lectora.

La lectora insaciable

Ahí está la lectora concentrada, abstraída, inmersa en sus más profundas cavilaciones.  
De repente, agarra tanteando otro libro cualquiera, sin detenerse siquiera a elegir. Acaricia su lomo y aspira el aroma que despiden sus hojas, mientras escoge una página al azar para empezar el derrotero de una nueva travesía. 
Sigue leyendo. Continúa la lectura. Como siempre, y ante todo, simplemente lee.
“Resultando imposible satisfacer su inabarcable avidez e intentado evitar caer presa de la unívoca comprensión, la voraz devoradora de letras, asidua consumidora de palabras, adicta intempestiva a las oraciones y adoradora compulsiva de párrafos dedicó su vida completa a intentar develar los complejos misterios de la plurisignificación.
Así fue como no pudo escapar a su destino y terminó atrapada en su propio juego extraviándose en un mundo de múltiples e inescrutables interpretaciones, donde cada uno de sus sentidos libra una cruenta batalla cotidiana intentando descifrar lecturas interminables, insoslayables, infinitas...”
Sigue leyendo. Como siempre, y ante todo, simplemente lee.
De repente, agarra tanteando otro libro cualquiera, sin detenerse siquiera a elegir. Acaricia su lomo y aspira el aroma que despiden sus hojas, mientras escoge  una página al azar para empezar el derrotero de una nueva travesía.
 Ahí está la lectora concentrada, abstraída, inmersa en sus más profundas cavilaciones.


10.1.12

La lectora en el vientre, por Darío Kullock

En los últimos días de diciembre/2011 ocurrió algo bárbaro: varios amigos de la lectora le enviaron textos. Gracias a eso durante enero, la lectora "se toma vacaciones" y los deja en buena compañía. En esta primera entrega, tenemos a Darío Kullock con La lectora en el vientre. Darío (del blog El nido prestado) ya anduvo por aquí de visita con varios cuentos cortos. Para las próximas tres semanas, tendermos a Diego Ariel Vega (martes 17), a María José Eyras (martes 24) y a Lilly Burgwardt (martes 31). Quién sabe aparezcan nuevos textos y la lectora extienda sus vacaciones durante febrero... así que todos los lectores del blog siéntanse invitados a colaborar :)
Saluditos de
la lectora.

La lectora en el vientre
El sonido de una voz llega a través del líquido amniótico. Historias, relatos y limericks, luego de haber pasado por las fibras y los tejidos, rozan los oídos de aquella que, replegada en torno a lo que será un ombligo, nacerá en breve.
En su cabeza aún no hay imágenes del mundo exterior, ni siquiera sabe que eso existe. La voz que llega es ella misma. Ella es adentro, ella es afuera y ella es esa voz que lee con un ritmo de respiración y sangre.
En unos días entrará en un universo con gravedad y todos los sonidos serán en un principio insoportables.
Los  cuentos llegarán leídos por esa voz que una vez fue intrauterina, cuando las palabras no significaban nada y por eso no eran todavía palabras. Sin embargo una huella mnémica como una filigrana en algún lugar de alguna célula, vibrará empáticamente cuando lean. No sabrá por qué las palabras la transportan a un lugar del cual no tiene recuerdos.
En algún momento, ella leerá por sí misma y su voz será la del vientre y la de su propia madre, otra vez.




6.1.12

Las lectoras sean unidas

Las lectoras sean unidas es el lindo título que Valeria Coronel puso a un post de hace unos días, en su blog La lectora omnívora. Tomamos ese post como pretexto para recomendarles darse una vueltita por el blog de nuestra lectora tocaya.


Valeria ya anduvo por aquí en octubre, como escritora invitada.

3.1.12

La lectora da los resultados del sorteo de cumpleaños

La lectora empezó a ser escrita en diciembre del 2009 y el blog nació en diciembre del 2010. Por eso diciembre es mes de cumpleaños por partida doble y lo festejamos con un sorteo. ¡Manos a la obra! Aquí estamos con la lista de los participantes, los premios y una maceta vacía.


Para esto nos servirá la maceta vacía...


El primer nombre que sale es... Gabriela (del blog Ratón de biblioteca), que se lleva el libro de poesías de Alelí Manrique.


Y el segundo nombre que sale de la macetita anaranjada es... Sabina, que podrá aprovechar el verano para leer el libro de Darío Kullock.


Hay otro ejemplar más del libro de Darío, que será para... Fran Banegas :-)


Y la colección 2010-2011 de Oblogo se va con... Carolina Klapko, lo cual parece hasta a propósito ya que Caro siempre anda con una Oblogo en la mochila (ahora tendrá muchas más). 


Llega el turno de Limericks cariocas, y de la maceta anaranjada sale un papelito que dice ¡Corazón de algodón!


Tenemos todavía dos papelitos más para sacar... esta vez para los dos ejemplares digitales de Límeri de Bueno Saire, de Riccardo di Pagliaccio y Julio Flores. Y las ganadoras de dos blogs amigos: Valeria, del blog La lectora omnívora y Miriam Tessore del blog Emma Gunst.


Gracias a todos por participar, quienes ganaron comuníquense con la lectora para retirar sus premios y gracias a los autores que donaron sus libros (Darío Kullock, Alelí Manrique, Lucía Miranda, Anahí Flores, Julio Flores, Riccardo di Pagliaccio y Oblogo). 
Abrazos de
la lectora.