23.2.16

Marea alta, en Revista Próxima

Una vez más, la Revista Próxima le da espacio a un cuento mío. Gracias a la editora, Laura Ponce, por incluir Marea alta en la edición de verano.


Ilustración para Marea alta, de Rocío Celeste Eguía




16.2.16

Coplas del mar - Ediciones de la lectorcita

Como todos los años, Ediciones de la lectorcita hizo una plaqueta especial por el cumple de la pequeña lectora. Este año el tema es el mar, y la ilustración estuvo a cargo de Mariana Wasiljew. La edición es numerada, quienes quieran una plaqueta (de regalo) sólo tienen que avisar. Hasta agotar stock. 

Ilustración de Mariana Wasiljew

Coplas del mar

Hundo los pies en la arena,
salto las olas que vienen,
cuando se van las saludo
aunque en un rato ya vuelven.

En mi balde voy juntando
todo tipo de tesoros:
caracoles y cangrejos
mucho más lindos que el oro.

Corro en la arena mojada
y voy dejando mi huella,
tanto el cielo como el mar
tienen sus propias estrellas.

Allá lejos pasa un barco
tal vez se acerque a la orilla.
¿Que estará haciendo tan solo?
Lo saludan las sombrillas.

Dicen que verde es el campo
dicen que azul es el mar,
yo veo multicolor 
no me canso de mirar.

...

Plaquetas anteriores (siempre inspiradas en algún tema que prevaleció ese año):

Hojas de otoño  - ilustrada por Jimena Horvath.
En un mar sin olas - ilustrada por Marina Kater, diseñada por Sabina Katz.

...

Gracias a Lau Gambale y su Comunidad del trueque por el apoyo en esta producción :-)


9.2.16

La lectora y las profesiones

El post de La lectora y las profesiones apareció en marzo del 2010, aquí el post original.


foto: Valeria Migoya

La verdadera universidad de hoy en día es una colección de libros.
Thomas Carlyle, (1795-1881),
historiador británico.

Si la lectora fuera médica, leería durante las guardias; si fuera profesora, en los recreos; si vendedora, cuando no hubiera clientes; si fuera azafata, en los despegues y aterrizajes; si veterinaria, cuando los animales duermen. Si la lectora fuera jardinera, leería en los días de lluvia; si fuera diseñadora de modas, leería para inspirarse; si fuera fotógrafa, haría las fotos  para La lectora en la ciudad; si fuera andinista, leería en las cumbres; si fuera música, leería partituras; si artista plástica, leería los rostros. Si la lectora fuera contadora, sabría leer números; si fuera chef, leería mientras la comida está en el horno y si fuera presidenta… ahí no sabe cuándo leería pero sí dónde y entonces, sólo por probar, la lectora se asoma al balcón.

También en:
Los martes miento N 199 (revista virtual semanal)
Y en: Malvona

2.2.16

Se durmió en Aquateca

Gracias Maumy González por este comentario de Se durmió y otros poemas.
Link al post original, acá.


En 2013, Anahí Flores ganó el tercer premio en poesía por el Fondo Nacional de las Artes con su libro Se durmió y otros poemas. Este año, el libro acaba de ver la luz, gracias a la editorial Bajo la luna. Lo tengo, acá, en mi biblioteca. Es raro volver a leer estos poemas ahora sí, impresos en papel color hueso; un libro tan sólido, tan bello.



A mi modo de ver, Se durmió esta compuesto por poemas donde el protagonista es el ojo escrutador. La primera parte del libro son poemas como flashes, momentos donde una madre queda suspendida en esa instancia de soledad, brevísima, que le regalan los sueños de su pequeña. Se durmió, dice y la observa:

"Se durmió
Vamos

antes de que me escuche

pensar en ella."
El resto del libro son poemas con variaciones de ese mismo ojo que va sacando velos para dejar expuesta una realidad diferente a la que cualquier otro vería.

Un libro editado con el cuidado y dedicación de Bajo la luna. Si te gusta la poesía anda a buscarlo. Para más información puedes contactar a la editorial desde su fanpage

26.1.16

La lectora en el living

El post de La lectora en el living apareció en marzo del 2010, aquí el post original.


foto: Lali


Los libros son como los sueños:
nadie sabe de dónde vienen.
Paul Auster,
escritor estadounidense (1947)

Si bien en Buenos Aires siempre tiene disponible un café, un banco de plaza, una escalera de escalones grandes o un pedacito de césped, hay días en que ella -sin renegar de lo que la ciudad le ofrece- anhela un living, pero no el suyo: uno que se encuentre al aire libre y que resulte la intersección entre su casa y la calle.
La lectora cierra los ojos e imagina que a su alrededor todo se transforma. Con su mente reconstruye el entorno. No elimina la ciudad, sólo agrega una lámpara que brota del suelo como si fuera un árbol, y un sillón sobre el pasto al mejor estilo de las rocas.


Farola Big King. D. Fischman & J. Kayser (2009)
Sillón BKF2000. J B. Doberti & C. Rimoldi (2001)
Foto realizada durante la muestra "Animales urbanos" en el Museo de Arquitectura y diseño (MARQ).

19.1.16

La lectora en el puente

El post de La lectora en el puente apareció en diciembre del 2009, aquí el post original.

foto: Lali


Siempre nos gusta salir un poco de nosotros mismos,
viajar, cuando leemos.

Marcel Proust
(1871-1922), escritor francés.


Un hueco se abre en su agenda, algún compromiso suspendido que le regala, de un momento a otro, un par de horas libres. Va hacia el río con la idea de sentarse en algún banquito al sol. Antes de llegar al banquito, se topa con un puente. Los puentes hacen que uno no se encuentre ni en tierra, ni en agua, ni en aire, al tiempo que está en todos esos lugares a la vez. Abre el libro mientras cruza el puente, y algo ocurre. El puente, que normalmente la llevaría hacia el otro lado, la conduce hacia las páginas que la despiertan como lectora.

También en:

12.1.16

La lectora en la torre

El post de La lectora en la torre apareció en diciembre del 2009, aquí el post original.


foto: Lali
No existe mejor fragata que un libro
para llevarnos a tierras lejanas.
Emily Dickinson
(1830-1886), escritora estadounidense.


Ella entra al palacio y va directo a la escalera. Tal vez busque pasar el nivel de la ciudad, llegar a una altura donde haya menos pensamientos revoloteando en el aire. El corazón se le acelera. Alcanza la torre y sale a un balcón amplio. En la soledad de la altura, más allá de las cúpulas y las terrazas, el aire pasa libre entre sus ojos y las páginas. Su mirada se transporta hasta posarse en las palabras y, con ellas, levantar vuelo.




Gracias a Miqueas Thärigen, del Palacio Barolo

5.1.16

La lectora en el subte

El post de La lectora en el subte apareció en diciembre del 2009, aquí el post original.


foto: Lali

Un libro es como un jardín 
que se lleva en el bolso.
Proverbio árabe


Tarde de calor en Buenos Aires. Ella se lanza a la boca del subterráneo. Una boca con dientes húmedos y rieles ruidosos. El aire es denso. El suelo, pegoteado. El techo, cada segundo, parece descender un poco más. Son las cinco y media de la tarde y su entorno se ve desesperado: los gestos de los pasajeros demuestran que todos querrían estar en otro lugar. Sin embargo, a ella se la nota plácida, sabe que sus tareas se detendrán durante los próximos minutos, o al menos se reducirán a poner atención en mantenerse de pie.
Llega el subte. Entra. Una vez dentro, hunde la mano en la cartera. Ahí está él. Lo saca como disculpándose por haberlo dejado toda la tarde olvidado y a oscuras. Abre sus páginas y el vagón se desvanece. La lectora se transporta bajo las calles de la ciudad, hacia un mundo de letras vivas que se mueven entre su mente y su piel.

También en:
Plume Magazine

31.12.15

Hasta el año próximo

La lectora se despide hasta el año próximo.
Que sea un verano lleno de lecturas para todos.
Durante enero, repetiremos posts de los primeros tiempos de la lectora.
Luego, retomaremos el ritmo habitual.

¡Ah! Y no es que nos hayamos olvidado del sorteo de fin de año... lo haremos, lo haremos, pero durante el año próximo.

Anahí y su hermana, en 1984


¡Cuídense, diviértanse y tengan muchos libros a mano!

Son los deseos de
La lectora